Presenta una visión alterna de la realidad, alejada de la homogeneidad que pretende imponer la globalización, en cuanto a las producciones cinematográficas de carácter comercial. La vinculación del cine y la educación es una parte medular considerando la nueva condición de los espectadores en nuestro país, que accede a las diversas salas de cine, con una habitualidad que se vincula al consumo pero que, paradójicamente, no garantizan la correcta lectura de los filmes. Las propuestas se inclinan a favor de la conciencia.

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